El Rojo de Pellegrino cargó sus valijas de ilusiones

El equipo transita por un escenario que hacía tiempo no pisaba: cinco victorias al hilo lo vuelven a ubicar en un sitio de gran expectativa, mientras que en lo institucional, un acuerdo con acreedores le quita la soga del cuello al club.

Mire para donde mire, Independiente -su gente- encuentra paisajes agradables. Si gira la cabeza para echar un vistazo a un viejo tema que lo angustiaba y solía esconder debajo de la alfombra, hay buenas noticias: la asfixiante deuda que hace años lo viene atormentando se topó con un certero pinchazo que encabeza la gestión de Hugo Moyano y empezó a saltar la pus. Un acuerdo con los principales acreedores, los bancos Mariva y Macro, le permite al club reducir en cerca de 120 millones una obligación de pago que le generaba astronómicos intereses.

Un poco más allá, y de acuerdo a lo anunciado por el propio presidente, a fin de año también se estará dando una solución a la convocatoria de acreedores que el 27 de julio cumplió una década. Y, como yapa de lo institucional, también se ratificó la idea de techar el estadio, una vez se complete su construcción.

Claro que, históricamente, la mirada más inquietante de los hinchas apunta hacia lo deportivo. Y sobre el campo de juego, el equipo transita por un escenario que hacía tiempo no pisaba. Cinco victorias al hilo lo vuelven a ubicar en un sitio, por lo menos, de gran expectativa. Cuando asumió Mauricio Pellegrino, en medio de la desconfianza potenciada por el desengaño de las promesas incumplidas del ciclo Almirón, el equipo navegaba a la deriva en la mitad de la tabla; y la mitad de la tabla de un torneo de 30 equipos, es como uno de los últimos lugares de los torneos anteriores.

Pues bien, se apretaron clavijas en la preparación, se trazaron objetivos, se sumaron refuerzos de jerarquía y el mapa astral se modificó por completo. En apenas cuatro partidos, el equipo saltó del 16º puesto al 7º y, al llegar a la 19ª fecha (la misma cantidad de los torneos cortos)alcanzó los 32 puntos (uno menos de los que le permitieron terminar cuarto en el Torneo de Transición, el primero tras el ascenso y con Almirón como técnico).

Eso le permitió que se le aclarara el panorama. A los objetivos de la Copa Argentina (clasificado con susto ante Alianza de Moldes) y de la Copa Sudamericana (de inminente debut), le agregó su renovado crédito a pelear por algo en el torneo. Hoy, a once fechas del final, ya está en zona de clasificación a la Liguilla Pre-Libertadores que jugarán los equipos ubicados entre el 3º y 6º; pero como River (hoy 3º) fue campeón de América, a esas plazas hay que sumar una más, justamente el 7º puesto que hoy ostenta Independiente.

Pero el análisis de metas no se detiene allí; ahora, el objetivo inmediato pasó a ser lograr los mejores lugares de para entrar a esa Liguilla, ya que los dos mejores ubicados jugarán la semifinal de un solo partido en sus respectivas canchas (en cambio la final será de ida y vuelta, local y visitante).

Además, si Independiente quisiera evitar esa Liguilla y clasificarse directamente a la Copa Libertadores, deberá aspirar a ser campeón (está a seis puntos de los líderes) o subcampeón; en esta segunda instancia aparece otra vez la variante de River (a tres de Boca y San Lorenzo pero con un partido menos), que podría terminar en uno de esos puestos y, como campeón actual de la Libertadores, no usará ese beneficio.

Hay más. La Copa Argentina lo tiene ubicado en octavos de final y con rival a la vista: el próximo miércoles enfrentará a Lanús y, de pasar, le quedarían tres partidos de estas series: Gimnasia o Vélez (cuartos), Boca o Guaraní, o Chacarita o Defensa (semifinal) y Racing o San Lorenzo como los eventuales rivales más fuertes (en la final). Ser campeón de este torneo también clasifica directamente a la Copa Libertadores.

Por último, en dos semanas, Independiente hará su debut en la Copa Sudamericana (frente a Arsenal), con el objetivo de repetir el título de 2010, y teniendo en cuenta también, que el equipo argentino que termine el torneo mejor ubicado, también logrará una plaza a la entrañable Libertadores.

En medio de ese programa, Pellegrino analiza un equipo que además de ganar todo lo que jugó sólo recibió un gol en contra (frente a Olimpo), que tiene variantes de nivel para cada puesto y que en estos días podrá sumar otras dos: la de Federico Mancuello, listo para reaparecer, y la del Cebolla Cristian Rodríguez, frotándose las manos para debutar. Ah, y por la dudas, el otro uruguayo, Diego Rodríguez, en un par de semanas más estará también a las órdenes del DT.

Por Pablo Vignola - Diario Popular

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