Espectacular. Así fue la victoria ante River. De principio al fin. Lo pasó por arriba al actual Campeón de América. Y no me vengan que vinieron cansados de la altura, que Gallardo puso un equipo inentendible...

Cualquier cosa vayan a llorar a la Conmebol, en la que se manejan muy bien. Decíamos que fue un grandísimo triunfo de los muchachos de Pellegrino, quien inculcó desde el vamos ir al frente y anuló casi cualquier intento de reacción de los de Núñez. Desde una defensa ya afianzada, con los centrales atentos (y en el banco está Victorino), más los laterales que han mejorado en la marca y la proyección. Ortiz y Méndez se complementaron bárbaro y volvieron a manejar el ritmo.

Después, los de arriba no tuvieron posiciones fijas para hacerle pasar un papelonazo a rivales, como Maidana, a los que muchos piden para la Selección. Igual, siempre hay un pero y es en lo que debería machacar el cuerpo técnico, la poca eficacia a la hora de definir.

Se han perdido situaciones en el mano a mano con Barovero muy pero muy claras, que en un futuro nos pueden costar caro. Pero nadie nos quita este placer enorme de haber pisado a un gran conjunto, que no por nada ha ganado casi todo lo que jugó en casi dos años. Por eso hay que valorar el lugar en el que se está volviendo a poner nuestro querido y amado Independiente. No es casualidad este momento desde la llegada de Longaniza.

En 18 partidos se ganaron 11, con seis empates y una sola derrota. Si bien en los primeros pasos veíamos que al equipo le faltaba mucho, ahora hay que decir que se nota que se está forjando algo muy importante. Los players juegan con la convicción de que hay un compañero que lo respalda y que se va a matar por él.

La solidaridad en la cancha se palpa y así todos somos optimistas de retomar la gran senda de volver a ser el Orgullo Nacional.

Estamos felices, muy felices. Gracias. Vamos.

Por Beto Tisinovich - Diario Olé