A 36 años de la séptima Libertadores

El día 27 de julio es un día muy especial para los hinchas del Rojo, una fecha que forma parte de la mística y mágica historia de Independiente,

“El Rojo” empató sin goles con Gremio y se consagró, porque le había ganado 1 a 0 en Brasil con un tanto de Burruchaga. Meses después le ganó al Liverpool la Intercontinental en Japón.

Mismo día, pero a mediados de los años 80´, la obtención de la séptima y última, hasta hoy, Copa Libertadores de América, era motivo de alegría, fervor y devoción para la gente del Rey de Copas.


En aquel entonces, Independiente quería dar por finalizada una sequía de 8 años sin conseguir títulos internacionales.
Un símbolo emblemático del club, como lo es y será siempre José Omar Pastoriza, entrenaba a un plantel plagado de estrellas que brillaron en diferentes escenarios a lo largo de la competición, un plantel que dio cátedra de fútbol representado por figuras como Bochini, Burruchaga, Barberón, Trossero, Marangoni, Villaverde, entre otros.

El 24 de junio de 1984, el rojo de Avellaneda se presentó en la ciudad de Porto Alegre, lugar donde brindó uno de los más lindos partidos en la historia del fútbol sudamericano frente al temible Gremio, que culminó 1 a 0 a favor de los de Avellaneda.


Casi un mes después, en la noche fría de Avellaneda, el Rojo recibió a l conjunto de Porto Alegre y puso en cancha a los mismos 11 que jugaron en Brasil:
Goyén; Clausen, Villaverde, Trossero, Enrique; Giusti, Marangoni, Bochini; Burruchaga, Bufarini y Barberón.

Ese partido del 27 de julio finalizó empate en cero, alzando a Independiente nuevamente a la gloría por su séptima Libertadores, récord único e inalcanzable hasta el día de hoy en la historia del fútbol Sudamericano.

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