Con la camiseta

Independiente venció 1-0 a Racing con gol de Leandro Fernández y lo hizo con más carácter que juego. Jugó gran parte del encuentro con diez hombres, se lesionó Rehak y lo pudo liquidar sobre el final con el "burrito" Martínez. Ahora, la diferencia es de 24.

"Los clásicos no se juegan; se ganan" es una frase que, en el folclore del fútbol, no tarda en aparecer en esta clase de partidos. Independiente la entendió a la perfección. Los de Ariel Holan no tuvieron la posesión del balón y no generaron situaciones de gol a mansalva pero apabulló a su rival en la entrega y el carácter, aún en situaciones muy adversas.

Desde el inicio del encuentro, el trámite no pintó muy favorable para el "rojo". El poderío ofensivo del local con los desbordes constantes de Ibargüen y la peligrosidad de Lautaro Martínez en cada ataque, obligó a Independiente a replegarse en su propio campo y apostar a un contragolpe para lastimar a Racing. En el medio campo, producto de lo que comentamos líneas atrás, Arévalo Ríos y Solari marcaban el compás del encuentro.

Pero el diablo sabe más por diablo que viejo la primera distracción del conjunto de Ariel Cocca fue para abrir el marcador. Sergio Vittor tardó una eternidad para decidir que hacer con la pelota y Leandro Fernández le ganó la posición con total jerarquía, corrió varios metros con pelota dominada y cruzó un remate sensacional para poner el 1-0 y encaminar la victoria de Independiente como visitante. 

Pero la alegría desapareció rápidamente de los rostros del "diablo". Cuatro minutos después de la apertura del marcador, Rodrigo Moreira se fue expulsado por doble amonestación luego de un par de faltas a Lautaro Martínez. Así, Holan debía rearmar la defensa y decidió poner a Breintebruch en reemplazo de Walter Erviti para no regalar un espacio al ataque de Racing que tenía a maltraer a Independiente.

Ya en el complemento, la historia del inicio se iba a repetir. Ya con el ingreso de Lisandro López para lastimar a un Independiente diezmado, Racing iba a multiplicar los ataques con el colombiano y su destreza con la gambeta y Lautaro Martínez que tuvo la chance más clara de empatar el partido, estrellando una pelota en el palo derecho del arco de Gonzalo Rehak.

Pero el equipo supo demostrar el carácter y puntos altos cuando el partido lo necesitaba. Amorebieta se hizo amo y señor de la defensa y tuvo muchos cortes providenciales donde su intervención ahogó el grito del empate del local. Jonás Gutiérrez supo amoldarse a las necesidades del técnico y volvió a jugar tanto en el medio campo como en el lateral derecho. La labor de Albertengo y su tremendo desgaste físico para ayudar a Asís en la defensa de la banda y, obviamente, destacar a Gonzalo Rehak que jugó su segundo partido en el equipo y tapó una pelota clave cuando estaba lesionado.

Hasta pudo haberlo liquidado Independiente gracias a Juan Manuel Martínez pero el balón dominado le quedó muy sobre la izquierda y su remate terminó siendo bastante cruzado, yéndose afuera por centímetros. El "rojo" aguantó el partido con diez hombres muchísimos minutos y supo estar a la altura de las circunstancias. Se llevó tres puntos, un partido más para agrandar la brecha con el clásico y, por si fuera poco, una inyección anímica gigante de cara al trascendental encuentro del martes. Los de Holan lo ganaron con la historia de su lado. Triunfaron con la camiseta.

 

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