De formar el carácter y volver a ser

Independiente está nuevamente en una final por Copa Internacional.

Cualquier futbolero sabe que existe una relación particular entre Independiente y los torneos internacionales.

A lo largo de la historia, el Rojo participó de más de 20 finales que le fueron construyendo un prestigio que hace tiempo se venía rifando.

Hoy el club se encuentra en una nueva instancia definitoria por un título y para llegar hasta este momento se ha sufrido en muchos aspectos. Sobre todo en el ámbito institucional y deportivo.

La construcción de la Mística y el mote de Rey de Copas calaron en el saber popular y se fueron impregnado en la esencia del hincha rojo por esa cantidad de noches de protagonismo. Noches de copa, años y años donde era moneda corriente la guapeza, la pierna fuerte y el paladar negro. Tantas noches determinantes que tanto para jugadores como para el público era parte de lo “normal”, de la naturaleza de Independiente.

Luego de muchos años oscuros, muchos para la historia roja, el equipo de Ariel Holan llega a la final de la Copa Sudamericana con un plantel que empieza a formar un carácter. Un temple para lo que son las series mano a mano, las eliminatorias, las copas. Donde hay que poner, donde hay que jugar y también, a veces toca, aguantar.

El entrenador sabe, como los hinchas, cómo Independiente conquistó lo que conquistó. Y ese mensaje le transmite a sus jugadores que, lamentablemente, cargan la mochila de haberse desacostumbrado a pelear lo importante. Pero Holan prioriza a Independiente y a su historia por sobre todo. Y pregona volver a ser, retornar a los planos de los que nunca se debió salir.

La pasó mal el Rojo en el segundo tiempo ante Libertad en el Libertadores de América, quizás más de lo que debiese este plantel, que demostró ser mucho más que el rival. Quizás por ser sus primeras armas en estas instancias, con el temor de aquel que se da la primera zambullida en el mar.

Pero es posible, y ojalá así sea, que este partido sea el comienzo del regreso a lo normal de Independiente . Porque el carácter de Independiente nació y se desarrollo en la sana costumbre de siempre estar en la disputa.

Entonces en las próximas semifinales y finales, aflorará la confianza de saberse superiores y se templará el carácter en tantas instancias decisivas que pasarán estos y otros jugadores en el largo camino de volver a ser.

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