Silvio Romero jugó el miércoles en el Arena San Pablo para Independiente contra Corinthians, por la Copa Libertadores. El Rojo se impuso 2 a 1, pero no todo fue alegría para la delegación del equipo de Avellaneda.
Al final del encuentro, un policía paulista acusó al "Chino" de haber tenido expresiones racistas para con él y quiso detenerlo. Fue Carlos Montaña, junto a la gente del consulado argentino en Brasil, los que intercedieron para que la situación no llegue a tal punto. Romero aseguró en todo momento que no tuvo ningún tipo de expresión racista y fue el árbitro el que jugó un papel fundamental: Víctor Carrillo ofició como testigo y dio crédito a la defensa de Romero".
En zona mixta, el ex-Instituto aseguró: "Si tengo que pedir disculpas lo hago, pero lo juro por mi hijo que no dije lo que dicen que dije”.