SIAMO FUORI

El Rojo tropezó justo al final del torneo y perdió el cupo (directo e indirecto) a la próxima Copa Libertadores. Ésta tarde/noche frente a Unión, era la última chance para cambiar la suerte, pero no pudo.

Independiente sabía que dependía de sí mismo por resultados ajenos y salió al campo con una gran ilusión por ello. Todo cambió y se tiño de negro cuando Echenique (quien no cobró un penalazo), pitó el inicio del partido.

El equipo de Holan jugó un partido penoso. Sin ideas, sin rebeldía, sin cambios de ritmo ni intérpretes que puedan hilvanar situaciones en el medio. Independiente se vio ampliamente superado en el mediocampo por la presión intensa de un Unión que hoy se clasificó a la próxima Sudamericana, como el Rojo mismo.

No jugó con la determinación que el partido ameritaba; no salió tampoco al segundo tiempo (con un 0-0 en el marcador) con la cara cambiada; los que ingresaron (Gigliotti, Fernández y Gaibor), no pesaron en los segundos 45 minutos; Unión continuó manejando los hilos del partido y así éste fue culminando rápidamente.

Es raro ver cómo el equipo puede ser aquel que interpretó tan bien al auténtico Rey de Copas (ganando por ejemplo en Brasil al Corinthians), y  cómo a la vez puede ser un equipo sin ideas ni espíritu de lucha, como sí se ha caracterizado desde la llegada de Holan. Así como nos ha deslumbrado con sobrias actuaciones (colectivas e individuales), también desilusiona en momentos claves como el de hoy.

Se le habían dado resultados ajenos que lo catapultaban como el máximo candidato a la plaza directa. No solo no lo aprovechó, sino que no supo qué hacer ni tuvo el ímpetu para hacerlo en ningún tramo de los 90 minutos.

A diferencia del año pasado, cuando quedó afuera de la actual Copa peloteando constantemente a Lanús, hoy no lo mereció ni tuvo la determinación para hacerlo, aunque el resultado es, tristemente, el mismo: SIAMO FUORI.

 

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