PUNTO Y BANCA

El equipo de Ariel Holan debutó por Superliga y se trajo de Rosario un empate con gusto a derrota.

El empate conseguido por Independiente, en Rosario frente a Newells, es seguramente hijo de muchos factores extra futbolísticos. Desde el cambio horario, el cansancio por el interminable viaje o el mismo cambio de clima. También se puede hablar de la proximidad del partido ante Santos por Copa Libertadores y la necesidad de no arriesgar de más. Pero lo cierto es que, a pesar de todo eso, el equipo golpeó fuerte cuando aceleró, Gilgliotti fue eficaz y tuvo un hombre más que el rival por más de 20 minutos. Y nada de eso logró superar el flojo rendimiento conceptual del equipo.

Fue quizás sin merecerlo que se puso en ventaja dos veces. Una contra letal, apenas arrancaba el encuentro en el Marcelo Bielsa, con Benítez y Meza involucrados que dejó a Gigliotti ante la obligación de coronar la obra. 1 a 0 que no se sostuvo, principalmente desde lo posicional.

Newell’s se hizo de la pelota y complicó en cada avance, por los costados, por arriba, por el centro, con poco, pero con convencimiento. El triángulo del medio rojo no funcionó. Si bien Hernández se involucraba con la gesta y distribución de juego, Gaibor no era ofensivo y tampoco socorría a Francisco Silva. El mediocampo era tierra leprosa.

Y así llegó al empate Newell’s, que taladraba a una defensa que eligió dar un paso adelante con menos de un partido juntos y en la jugada menos indicada.

Luego fue la fortuna la que puso un despeje espantoso de la defensa rojinegra en el plato del Puma, que no perdonó. Sorpresa cuando los de De Felippe tenían el segundo casi cocinado.

En la segunda etapa hubo cansancio, Benítez pidió el cambio por una molestia. Independiente seguía inconexo, porque a pesar del ingreso de Domingo por Gaibor los circuitos seguían sin fluir a pesa de haber vuelto al 4-2-3-1.

También empezaba a notarse la falta de minutos futbol de algunos jugadores y comenzaban a fallar los retrocesos ante un Newell’s que olía sangre. Siguió yendo con centros cruzados hasta que Fontanini clavó increíblemente el empate.

Entró después Alan Franco por Miño y mandaron al Silva uruguayo de tres. Si bien se proyectó, nunca conectó ni con Cerutti y menos con Meza. Los punta rotaban a ver si por algún lado aprovechaban el hombre de más luego de la expulsión de Amoroso, pero jamás encontraron los caminos para tan si quiera pensar en llevarse los tres puntos.

Que son los primeros partidos del semestre es cierto, y como bien dice Pablo Hernández: “hay que aceitar el funcionamiento”. Pero en este caso, ante Newell’s en Rosario, quizás la resolución del partido pudo ser otra cuando el equipo fue dos veces en ventaja y el mediocampo sufría notoriamente.

De todas maneras, no es malo el empate afuera, siempre y cuando en casa se gane. Arrancó el Rojo en la Superliga y ya está en competencia.

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