El derrumbe tras ganar la Copa Sudamericana 2017

A fines del 2017, en Independiente reinaba la felicidad. De la mano de Ariel Holan, el Rojo había recuperado su mística, el buen juego y el protagonismo en el plano internacional. En diciembre de dicho año, se proclamaba campeón de la Copa Sudamericana tras vencer al Flamengo.

A partir de ahí se esperaba un crecimiento de Independiente, ya que fue un justo ganador del certamen con un equipo con identidad propia. Pero fue todo lo contrario. De hecho, ese fue su apogeo en los últimos años, dado que a partir de ahí, entro en decadencia.

Luego de Holan, llegó Sebastián Beccacece tras realizar un excelente papel en Defensa y Justicia, pero el resultado no fue lo que se esperaba. Entró rápidamente en cortocircuito, tuvo una disputa con jugadores experimentados como Pablo Pérez y Nicolás Domingo y nunca encontró el equipo ni los resultado; por lo que este sábado presentó su renuncia.

Dicha Sudamericana la ganó justamente ante el Flamengo, finalista de la Copa Libertadores 2019. El conjunto brasilero fue todo lo contrario. Tras perderse la oportunidad de levantar el título, realizó un proyecto a largo plazo, invirtió en refuerzos de jerarquía, los resultados lo acompañaron y hoy disfruta de un gran presente.

Las diferencias con Independiente son claras. Por eso, analizamos ¿qué sucedió en el Rojo para llegar a esta situación sin rumbo?

Holan y su ego

El ex DT de Independiente era querido y respetado por los hinchas. Pero poco a poco todo fue cambiando. Apenas unos días después de ser campeón de la Sudamericana, salió a la luz una pelea entre Holan y Alejandro Kohan, preparador físico del plantel.

El entrenador decidió dar un paso al costado, algo que no se entendía, pero luego dio marcha atrás, volvió a tomar las riendas del club y quien se salió fue Kohan. Pero no fue la única víctima. Hola también tuvo problemas con distintos jugadores, lo que quebró la relación con sus dirigidos.

Como si fuera poco, los dirigentes 'le dieron la llave del club' para que tome decisiones extrafutbolísticas. La negación a un mánager también fue un problema, que fue desgastando al cuerpo técnico, el plantel, los dirigentes y los hinchas.

Salida de piezas claves

Independiente supo tener un plantel con nombres propios sobresalientes: Nicolás Tagliafico, Ezequiel Barco, Emiliano Rigoni, Maximiliano Meza, Emanuel Gigliotti, Walter Erviti, Fernando Amorebieta, por nombrar algunos.

Pero como suele sucede en el fútbol argentino, tras una buena campaña, los clubes extranjeros vienen en busca de dichos jugadores y el equipo se desarma. El conjunto de Avellaneda no fue la excepción y perdió a sus piezas claves.

Así quedó desfortalecido y los refuerzos tampoco ayudaron. En todos los mercados de pases, Independiente buscó suplantar a los futbolistas que dejaron el equipo, pero los que llegaron no se adaptaron, no entendieron la idea y tampoco tuvieron buenas actuaciones, por lo que no pudieron llenar el vacío.

Cambio de estilo

Tras la Sudamericana, Holan decidió cambiar el estilo de juego, algo que no trajo buenos resultados. Allá por el 2017, Independiente tenía identidad, intensidad y una gran velocidad. Sin embargo, el DT decidió dejar de lado dichas cualidades para se un equipo más lentos y con tenencia de pelota, algo que no terminó sucediendo.

Beccacece, sin soluciones

La llegada del ex entrenador de Defensa y Justicia no fue lo que se esperó. Tras una excelente campaña con el Halcón de Varela, Beccacece asumía a Independiente para darle ese juego vistoso, dinámico y con velocidad que supo tener su equipo anterior. Pero eso no sucedió.

Además, tras los primeros partidos comenzó a ser resistido por el hincha dado que su pelea con Pablo Pérez y Nicolás Domingo no cayó bien en las tribunas.

Lo más llamativo es que el ex Boca volvió a jugar, pero el ex River, uno de los más queridos por los fanáticos, no lo hizo.

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