Independiente ganó el primero. Y no es poco. Arrancar la serie ganando siempre es mejor que empatar. Cuando la serie es de eliminación directa.

En el inicio del partido el equipo de Pusineri taró en acomodarse, no el encontró la vuelta y tenía llegada. Los tucumanos arrimaron y manejaban el medio donde Lucas Romero hacía agua. Hasta que llegó el penal y el capitán puso al Rojo arriba. Atrás era flojo en la defensa con Franco y Barboza, pero apareció Sosa en una atajada fantastica. Independiente arrimó pero si llegadas claras.

Pudo haber convertido un gol más, es cierto, en especial cuando al inicio del complemento la visita se quedó con 10. El Rojo lo buscó, no tuvo tanta llegada pero tuvo un par de situaciones controladas por Luchetti.

Velasco se soltó y Blanco entró e hizo más ue Menéndez en todo el partido. Lucas Romeo mejoró un poco y no lo pasaron tanto. Roa entró y no le cambió la cara al equipo, mientras Hernández alternó buenas malas.

El Rojo se va para Tucumán con ventaja y no es poco. Decir que hay que mejorar sería una obviedad. Pero hay que empezar por el principio y hay dos conclusiones claras. Ganó y no le convirtieron. Parece poco. Pero no lo es.