A 47 años del Rojo Campeón del Mundo

Hace 45 años, el equipo de Avellaneda logró quedarse con el trofeo tras derrotar a la Juventus por 1 a 0 jugando como visitante en el Estadio Olímpico de Roma.

El 28 de noviembre de 1973 Independiente se consagró campeón Intercontinental por primera vez en su historia tras ganarle a Juventus por 1 a 0 en el Estadio Olímpico de Roma. El gol del encuentro lo convirtió Ricardo Bochini, luego de armar una excelente pared con Daniel Bertoni. Ese tanto le dio al club de Avellaneda su primera Copa del Mundo.

La edición de esa final la tendrían que haber disputado Independiente y Ajax, pero el equipo holandés se negó a jugarla por falta de garantías de seguridad en la Argentina y el rival del Rojo fue Juventus. Las finales intercontinentales se definían en dos partidos, uno de ida y otro de vuelta, pero en ésta temporada se disputó un solo encuentro, ya que la Juve no quiso venir a jugar a Argentina por el mismo motivo que Ajax había decidido no jugarla.

Aquel 28 de noviembre de 1973, los conjuntos formaron de la siguiente manera:

 Juventus : Zoff; Spinosi (ST 29′ Longobucco), Gentile, Morini, Salvadore; Marchetti, Causio, Cuccureddu; Anastasi, Altafini, Bettega. DT: Cestmír Vycpálek.

 

Independiente : Santoro; López, Pavoni, Commisso, Sá; Raimondo, Gálván, Bochini; Balbuena, Maglioni, Bertoni (ST 38′ Semenewicz). DT: Roberto Ferreiro.

 

El encuentro comenzó con el equipo de Turín dominador, superando en velocidad a los argentinos y disponiendo de algunas chances concretas que no terminaron en la red gracias a la gran tarea de Pepé Santoro. El Rojo no podía tener la pelota,  por ende las chances de generar peligro eran escasas.

El momento de mayor tensión se vivió promediando el segundo tiempo cuando el árbitro belga Alfred Delcourt sancionó un penal para la Juventus. El sueño mundial del Rey de Copas parecía esfumarse una vez más, pero Cuccureddu la tiró a la tribuna y las esperanzas renacieron.

Sobre los 32 se definió el partido a través de una auténtica obra maestra protagonizada por Ricardo Enrique Bochini y Ricardo Daniel Bertoni, quienes armaron una doble pared plena de talento criollo definida por el Bocha con un toque sutil por sobre la salida de Dino Zoff.

Los de la Vecchia Signora no tendrían tiempo para más. El equipo de Pipo Ferreiro apretó los dientes y aguantó como pudo hasta el final, llegando por fin a convertirse en Campeón del Mundo de clubes, con el mérito de haberlo conseguido como visitante, lo que le dio aires de proeza a la conquista.

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