A MANO

Independiente y River no se sacaron ventajas en el partido de ida de Cuartos de Final de Copa Libertadores.

El entrenador de Independiente es como esos buenos boxeadores que esconden el golpe hasta el último momento, cuando ya no hay guardia que valga. Nunca deja saber más de lo que quiere, incluso puertas hacia adentro.

 

La instancia de Cuartos de Final de Copa Libertadores, ante el constante River de Gallardo, invitaba más que nunca a la cautela y la planificación exhaustiva. A no dar indicios reales del equipo y a pensar en los duelos individuales para contrarrestar las virtudes del rival y explotar la propias.

 

Así llegó Juan Sánchez Miño a saltar al campo de juego cuando se sabía segura la inclusión de Gastón Silva. Sumado a que River dejaba a Ignacio Fernández fuera por lesión, la señales indicaban que con Domingo y Francisco Silva se disputaría el centro de la cancha y el lateral podría asociarse a su extremo más cercano y desnivelar por afuera a los de Núñez.

 

Cuando el brasilero Sampaio indicó el inicio del partido, Holan continuó siendo el más precavido y cauteloso. Rápidamente Sánchez Miño se pegó a Quinteros e Independiente dejo a River mover sus piezas primero.

 

Los de Gallardo hicieron su juego y manejaron la primera etapa. Los costados eran pasillos por donde pasaban a toda velocidad Casco y Montiel generando desdobles y movimientos las espaldas de los laterales, bien abastecidos por Palacios y Martínez.

 

Independiente relegó el ataque asociado por la izquierda, por estar Sánchez Miño contenido por su marca, y condicionó el ataque por la derecha con Bustos y Romero. Poco generó el Rojo en esa etapa, a excepción de una excelente transición que culminó con un disparo de Maxi Meza que pegó el travesaño.

 

Fue mucho más River, transformó a Campaña en figura y dejó a Holan lleno de replanteos cuando finalizó la primera etapa.

 

En lo que pareció un nuevo movimiento a priori defensivo, la inclusión del Silva uruguayo por el chileno para arrancar la segunda etapa fue -en efecto- ofensivo. Con Franco de líbero, la línea de cinco trajo supremacía en la defensa. Se afirmó de atrás para adelante Independiente y empezó a adelantar líneas haciéndose dueño completo de la segunda mitad.

 

Llegó mucho y bien el Rojo, transformó a Amani en figura con un juego vertical y por los costados, bien a lo Holan, con intensidad y mucho despliegue.  Y así también como en la primera parte, River también tuvo una clarísima para llevarse la victoria que pudo cambiar el plan del DT rojo.

 

Porque hace poquito, en conferencia, habló de una estrategia que abarque la llave entera. Y siempre estuvo en sus planes que no le marquen a Independiente en el Libertadores de América.

 

También hay que decir que algunas decisiones, por sobre todo el último cambio que dejó Independiente sin cinco, fue polémica. Es que si bien se mantuvo el resultado, la media cancha se convirtió en zona de paso lo que no benefició al equipo para nada.

 

Ante un primer partido donde River mostró muchas de sus armas, el Rojo aún cuenta con la posibilidad de incluir otros nombres y planificar un partido con muchos más espacios.

 

Está abierta la llave y pareciese que Independiente todavía cuenta con algunos recursos para la segunda parte en el Monumental.

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