PLANES Y RESULTADOS

Enfático es siempre el entrenador de Independiente a la hora de responder a los análisis y evaluaciones dictados por los resultados.

Es correcto en su premisa, porque existe un funcionamiento y un andamiaje pensado, planeado y trabajado en relación a las distintas vicisitudes, rivales y momentos individuales que se deciden de cara a un rival, a un encuentro, a una serie o a una temporada.

No hace justicia la observación basada en un tanteador final. Sin embargo, el producto de un trabajo, de una elaboración, mucho más allá de una simple sentencia numérica, es en sí mismo un resultado.

Un resultado, nunca definitivo e irrevocable, pero un resultado de por sí. Que necesita de una observación y que existe porque existe, primero, el objetivo.

Luego de la victoria ante Huracán, Ariel Holan explicó que el futbol visto ese día era el que había jugado Independiente durante todo el 2018 pero de forma intermitente en cada partido. Verdad indiscutible.

Verdad que explica el mal primer semestre en el plano nacional, quedando afuera de cualquier competencia internacional. Verdad que explica la agónica clasificación a Octavos de final de Copa Libertadores.

Lamentablemente verdad.

La vieja historia de los jugadores que emigraron y nunca se pudieron reemplazar sigue flotando, funcionando como latiguillo para el lado que convenga, enmascarando malas decisiones o reemplazando argumentos. Ni hablemos del “fantasma Kohan”.

La realidad muestra que Independiente transitó el año con infinidades de obstáculos. Algunos imprevistos, otros previsibles.

En esa operativa de planificar el año, o el semestre, algo ha fallado.

Y no porque Independiente dilapidó la Copa Argentina o quedó afuera de la Copa Libertadores o como dijo Domingo,tras la victoria en la La Paternal: “nuestro objetivo es terminar el año entre los tres o cuatro primeros”. De hecho, ganó el título internacional número 18, ni más ni menos.

Si no porque el equipo mostró un rendimiento intermitente, como mínimo, en todo el año, como bien dice el entrenador.

Pudieron haber sido muchas cosas: la triple competencia, los viajes, el cambio horario, la comida, el calor, los jugadores citados a las selecciones, las lesiones, los expulsados, las incorporaciones, las adaptaciones, los bajos rendimientos, la nueva propuesta futbolística, la vieja propuesta, la efectividad, los árbitros, la

Conmebol, el VAR, Macri, etc.

Imaginar a Independiente volviendo a ser protagonista de cada competencia, cómo también dice Holan, es también incluir en la balanza el contexto continental económico y social en el que existe, primero el país, luego el fútbol argentino y finalmente Independiente. Por sobre todo, para que competir no sea un sufrimiento.

Tras la derrota en el Monumental el entrenador también habló de un proceso de aprendizaje. Eso es alentador de cara a lo que se pretende para el club y en vistas de una masiva migración de jugadores en el próximo mercado de pases.

La Copa Suruga fue un oasis en el 2018, y lo fue solo por el marcador. Allí también fue raro el partido. Hubiese sido más justo ganarle a Gremio a principio de año.

Fue así de cruzado el año de Independiente, si hasta los goles empezaron a aparecer cuando quedamos afuera de ambas Copas.

En principio, por delante solo queda la Superliga, hasta mediados del próximo año. Y, nuevamente, cómo bien dice Holan, hay que volver a salir campeón acá.

Como cuando el DT habla sobre el orden financiero del club como la base del éxito deportivo, quizás sea su preocupación definir y asentar la “forma” de jugar para que, más allá del resultado, se garantice una alta competitividad.

Y quizás si también, finalmente, se involucra con las categorías formativas del fútbol, tengan otra participación los chicos del club en el recambio con primera.

Quizás así se pueda pensar en un Independiente que, más allá del resultado, se ponga efectivamente de pie.

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