Lo importante de la noche en Mar del Plata, donde Independiente venció al Lobo platense y se quedó con el ignoto trofeo, es la certeza de que el equipo posee una identidad futbolística definida y los intérpretes aportan desde sus características los necesario para que el andamiaje funcione.

Porque nadie esperaba ver fútbol de alto vuelo en un partido de pretemporada, si no tener alguna pista de lo que se venía para este semestre, luego de un mercado de pases tan polemizado.

Y con las ausencias por lesión de algunos nombres titulares, caso Silvio Romero y Francisco Silva, la incógnita se posaba sobre la solución que el entrenador le daría a la falta del centrodelantero.

Y, como existe una identidad futbolística, esa era la única incertidumbre. Porque es sabido ya, con dos años con el mismo cuerpo técnico, que el equipo juega con línea de cuatro, que el entrenador prefiere un triángulo en el medio y que para atacar se va por afuera.

Entonces Independiente fue a ensayar ante Gimnasia con un ataque asociado por los costados sin referencias fijas en el área. A veces era Pablo Hernández, otras era Benítez el que se metía bien de 9.

Y con más impronta individual que flujo futbolístico (que dependía de Gaibor y el ecuatoriano no llegó a Dolores) el Rojo fue superior en una primera etapa relativamente dinámica con Cerutti, Benítez y el Tucu como estandartes.

En la segunda etapa, con el ingreso de Pizzini, cambió el dibujo del centro. Hernández y Domingo cerraron filas y Benítez fue el medio adelantado.

El equipo continuó siendo superior, pero con mayor juego asociado. Muchas veces impreciso, muchas veces trabado, el circuito mostraba mejorías y dejaba claro que todos saben el libreto.

Hubo minutos para el joven 9, Mauro Molina, también Campaña tuvo su reafirmación como mejor arquero del país. Luego Independiente amplió y la diferencia con gol de Cerutti y más o menos que se terminó el partido.

Así como es positivo el resultado y la confirmación de que se sabe a qué juega Independiente, cierto es también que necesita de la llegada de jugadores revulsivos que pesen desde su propia jerarquía en un partido. Primordial es reemplazar a Meza.