No hace justicia con el partido la frase de Ariel Holan tras la dolorosa derrota ante el clásico rival en el Libertadores de América. “Ellos aprovecharon nuestros errores y nosotros no supimos aprovechar los de ellos” no habla del desarrollo del juego, como le gusta al entrenador, sino exclusivamente del resultado, algo que suele denostar.
Sin embargo, esa misma contradicción es la explicación al momento que vive Independiente y, principalmente, el fundamento de esta caída que parece marcar el rumbo del semestre.
Porque de la toma de decisiones han surgido los desatinos que se vienen reflejando en malos rendimientos y que hoy ya se palpan en los resultados y en los objetivos deportivos.
Porque en la preparación para este vital encuentro había jugadores lesionados por recuperar. Que si no recuperaban, cabía la posibilidad de probar con 5 en el fondo, algo que no estaba en las dos formaciones que el propio entrenador dijo que iba a utilizar.
Otra opción era jugar con dos delanteros o quizás un falso 9. Pero en realidad el falso nueve iba a ser otro que había que recuperar, porque tampoco se puede quemar al pibe Molina. Un Molina que “teóricamente” el DT había aceptado como único recambio del nueve titular pero que no ingresa cuando tiene una chance. Un pibe Molina que hoy, fuera del banco de suplentes para enfrentar al puntero, en la consideración del entrenador es menos que el nueve titular en una pierna.
Entonces de movida Independiente debía cambiar para sostener un sistema que sigue sin funcionar. Y ese “sostenerlo” es a costa de reubicar jugadores en detrimento de sus conveniencias individuales. Porque ante el rápido mediocampo de Racing, era previsible que, con Domingo entre los centrales, Gaibor y Hernández no pudieran contener los ataques. Al mismo tiempo, Benítez, Domínguez y Verón se sortearían el puesto de nueve según el momento del partido.
Claro que hizo poquito Racing para ponerse en ventaja, pero hizo lo que mejor le sale: aprovechar la pelota detenida. Algo que Independiente ha dejado al criterio y buen tino de Gaibor, si esta en cacha. Porque si, como en la mayoría de los partidos que van del año, el diez es suplente, se encarga Gastón Silva, o Martín Benítez, o Sánchez Miño, o Silvio Romero, o Hernández, o Campaña, o también los puede madrugar a todos Cecilio.
Pero también es cierto que hubo errores individuales como el de Franco, que hasta ese momento había hecho un gran partido, y como el de Nicolás Domingo pidiendo la pelota al alcanzapelotas cuando nunca se había ido de la cancha.
Sin embargo, también puede ser un error, haber dejado ir a Braian Romero que venia con rodaje y quedarte con Cerutti, para que hoy termine siendo primera opción Jonathan Menéndez que se quedó por descarte luego de su viaje a medio oriente.
Sin mencionar los errores disfrazados de causas siempre externas, llámese arbitraje, puntería, suerte, fútbol, clima, un jugador menos, el viaje, la comida, la adaptación, el rodaje, la Conmebol, Macri, Angelici, Tapia, el VAR.
Son varias y de larga data las razones por las que Independiente perdió el partido que no debía perder. Todas solucionables. Pero debe haber una autocrítica profunda dentro del cuerpo técnico, que hasta el momento no ha dejado entrever Ariel Holan con sus declaraciones.
