A mano abierta

Cayó Independiente en Paraguay ante un Libertad que se valió de un gol ilícito a los pocos segundos de empezado el encuentro. El Rojo mereció el empate pero fue impreciso y falló en la definición.

Entro dormido Independiente y pago en la única clara que tuvo en conjunto de Libertad en todo el partido.

No mereció la derrota el equipo de Ariel Holan, pero le costó caro la ingenuidad de salir dormido a jugar una Semifinal de Copa.

Unos primeros 10 minutos de desconcierto mostraron la peor cara del Rojo que, con el correr de los minutos,se tranquilizó y comenzó a dominar el partido a pesar de no ser tan profundo y con algunos jugadores por abajo de sus rendimientos.

Con Juan Sánchez Miño como estandarte de lo que pedía el partido, el equipo comenzó a contagiarse y Tagliafico, Barco y Rodríguez comenzaron a entrar en sintonía para lograr acorralar a Libertad.

Solo aproximaciones fueron en la primera etapa pero quedaba en el aire la sensación de que Independiente podía hacerse del resultado en cualquier momento.

En el segundo tiempo el equipo continuó creciendo en la propuesta pero sin ser certeros en los últimos metros y repitiendo la famosa falta de eficacia. Con Gigliotti y, más tarde, con Fernández la historia fue la misma.

Varias situaciones sin coronación se sucedieron y para el final una atajada providencial del arquero paraguayo le impidió el empate a un Sánchez Miño que, por lejos era la figura de la cancha.

Ingresaron Benítez y Martínez para empujar en los últimos minutos pero no pudieron cambiar el rumbo y fue caída nomás en Paraguay.

La llave está más que abierta aunque quedará para el análisis el gol de Libertad producto de una clara mano y, también, si el planteo del entrenador fue el ideal para enfrentar a un equipo que solo pudo dominar en su casa durante 10 minutos.

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